Fernández Norniella explicó que la rebaja fiscal debe tener, al margen de su repercusión en generación de riqueza y creación de empleo, un impacto psicológico "para que las pymes se den cuenta de que hay un proyecto que trata por todos los medios de audarlas, para que haya un caldo de cultivo favorable para su desarrollo".

El secretario de Estado subrayó que es muy importante romper la falsa impresión que pudieran tener las pequeñas empresas de que la Administración y los interlocutores económicos y sociales sólo están preocupados de la marcha de los grandes grupos empresariales, en los que partidos políticos y medios de comunicación centran su atención.

En cuanto al riesgo de fraude por parte de empresas que podrían adoptar artificialmente e tamaño y la facturación de pymes para pagar menos impuestos, se mostró convencido de que "los sistemas de control que tiene la Hacienda son considerables y no creo yo que por ahí puedan irse las cosas".

Fernández Norniella apuntó al sector servicios, y dentro de él al turístico, que también está agrupado bajo la secretaría de Estado que dirige, como los que más se beneficiarán con esta medida, por su elevado minifundismo empresarial.

El secretario de Estado expresó su confianza en que CiU apoyar esta iniciativa para que pueda ser ratificada en el Congreso, una vez votada favorablemente en el Senado, y se felicitó de que el diputado del PNV Jon Zabalía haya mostrado ya públicamente su respaldo.