Tras dos horas de una eunión, que ha estado presidida por los ministros Cristóbal Montoro y Jesús Posada, la oposición de las comunidades socialistas a esta subida impositiva no ha evitado que el Gobierno, con los nacionalistas catalanes y canarios y sus propias comunidades autónomas, haya sacado adelante el impuesto.

El impuesto se divide en dos tramos: uno de cuatro pesetas que recaudará el Estado y lo redistribuirá para financiar la Sanidad transferida a las comunidades autónomas; y otro de 1,6 pesetas para el año 2002,que se incrementará progresivamente hasta las 4 pesetas, y que gestionarán las comunidades autónomas que decidan ponerlo en marcha.

Las comunidades presididas por el PP han aceptado el impuesto, aunque algunas, como Castilla y León o la Comunidad Valenciana, no han decidido aún si aplicarán la subida en el tramo autonómico. En este sentido, las seis regiones presididas por el PSOE -Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Baleares, Asturias y Aragón- ya han anunciado que no aplicarán la subida de 16 pesetas a la que tienen derecho.

Esta tasa tiene un carácter finalista y servirá exclusivamente para financiar la Sanidad, aunque el dinero recaudado por las comunidades autónomas podría destinarse también las políticas medioambientales.