El incendio comenzó en unos cables de una máquina y el fuego pasó después a una caldera de cera, hasta extenderse al almacén de papel. Ninguno de los siete trabajadores que estaban en el lugar en ese momento pudieron hacer nada para sofocarlo.

Según la Asociación de Ayuda en Carretera (DYA) en Guipúzcua, sólo uno de los empleados, Ricaro Murguialdai, de 31 años, resultó herido de carácter leve en un antebrazo al intentar controlar el fuego.

Los bomberos no habían conseguido extinguir totalmente el incendio a mediodía, por lo que las pérdidas materiales siguen pendientes de evaluación.