Sotos, que presentó la última auditoría realizada a la sociedad, afirmó que actualmente IGS-PSV cuenta con 72.793.250 pesetas en existencia y la mitad, 37.171.467 pesetas, en aportaciones de los cooperativistas.

Asimismo, aseguró que el único problema que ha creado "tanta tensión escénica" es la falta de financiación de obra, que se realizará mediante préstamos de bancos, "para poner ladrillos, que es coo funciona una cooperativa".

Sotos declaró que "me voy porque es necesario y bueno el relevo, pero estoy satisfecho y orgulloso de mi gestión", y aseguró que "estaré trabajando hasta el último día". Reconoció que actualmente existen 20 socios que aún no han recibido sus viviendas, aunque garantizó que "serán entregadas por PSV".

El presidente de IGS achacó la renqueante gestión de la cooperativa a la entrada de empresas deficitarias en 1991, que "tenían pérdidas de 300.000 millones de pesetas". Stos, que insistió en que la gestión de PSV "es sana y da beneficios", aseguró que desde su entrada en la gestión ha perdido patrimonio personal.

La cooperativa PSV ha pasado ya en su totalidad al sindicato UGT, que espera que en un futuro entidades privadas entren en el grupo de accionistas de la promotora inmobiliaria.

Carlos Sotos señaló que antes de abandonar su cargo, "del que me queda poco", pedirá una auditoría sobre su gestión. Asimismo, tuvo palabras de elogio para los nuevos gestores de a sociedad, "sea Julio Rodríguez (presidente del Banco Hipotecario) o quien sea".

En referencia al secretario general de UGT, el presidente de IGS aseguró que con Nicolás Redondo se ha cometido una injusticia atribuyéndole cosas que no se merece. "Durante mis cinco años de presidente de IGS no he tenido el más mínimo control de él", afirmó.