Así se pone de manifiesto en sendas cartas pastorales del secretario de la Conferencia Episcopal, José Sánchez, y el obispo de Coria-Cáceres, Ciriaco Benavente Mateos, con motivo de la celebración del Día de la Iglesia Diocesana, mañana 13 de noviembre.

Ciriaco Benavente Mateos eñala que "no se trata tanto de 'pagar' los servicios prestados, en el más puro sentido mercantilista, cuanto de colaborar en los gastos comunes y de compartir los bienes con la familia cristiana. La Iglesia somos todos".

En su opinión, éste es un buen momento para plantear una propuesta "práctica, concreta, razonable: destinar el 1 por ciento de vuestros ingresos netos al mantenimiento de vuestra Iglesia. Sólo con un compromiso así podríamos ir caminando hacia la autofinanciación".

A su vez, moneñor Sánchez señala que las ayudas que más frecuentemente prestan los creyentes van dirigidas a la parroquia, como las de catequesis, el servicio al altar, Cáritas y diversos voluntariados.

A este respecto, aclara que "la parroquia es necesaria pero insuficiente para el desarrollo de la vida cristiana y para la tarea de la evangelización" y advierte que quienes piensan que con ocuparse de la parroquia ya tienen bastante, desconocen lo que en realidad es la Iglesia.

En términos parecidos se pronunió el arzobispo de Burgos, Santiago Martínez Acebes, en cuya diocésis se encuentra la catedral gótica del mismo nombre, por lo que animó a todos los cristianos a cooperar en el mantenimiento de las "obras, lugares de culto y personas que dedican su tiempo a la acción pastoral de la Iglesia".

También con motivo de esta misma celebración, diversas diócesis hicieron públicas sus cuentas y el destino que dan al dinero aportado por los fieles.

La archidiócesis de Madrid señaló que las aportaciones de os fieles crecieron un 85 por ciento en 1983, gracias a la campaña de autofinanciación puesta en marcha hace dos años.

La diócesis de Valencia señaló que dedica el 85,5 por ciento de sus ingresos a laborales pastorales y de solidaridad, lo que supone unos 728 millones de pesetas, de unos fondos totales de casi 800 millones. De los 728 millones de labores pastorales, 484 se distribuyen entre los sacerdotes.