Moraleda afirmó en el programa "Protagonistas" que el secuestro no tiene nada que ver con la misión religiosa de los claretianos, sino que es para que se retiren los militares de la zona.

La acción terrorista tuvo lugar cerca de la capital de la isla de Basilán, Isaela, situada a 850 kilómetros al sur de Manila, y fue reivindicada por el grupo integrista Jul Jilán.

El padre Blanco, natural de la localidad zamorana de Ceadea de Aliste, dejó un documento que decía que en caso de que le secuestraran o le mataran no se pagara nada por él, según Moraleda.

Añadió que el padre secuestrado "está movido por el espíritu y Dios ha escogido a la persona que debía, porque, siendo un santo como es, está preparado para cualquier tipo de eventualidad".

El Ministerio d Asuntos Exteriores está en comunicación permanente con la embajada de España en Manila y las autoridades filipinas para tratar de encontrar una pronta solución.

Las embajadas de Japón y Estados Unidos han recomendado a los ciudadanos de sus países que se bastengan de viajar tanto a la isla de Basilán como al sur del archipiélago filipino, según fuentes de la Oficina de Información Diplomática (OID) española.

El secuestro de Bernardo Blanco está en la línea del de las monjas españolas que fueron iberadas a principios de este año y del franciscano de Chicago Gerald Fraszczak, también liberado tras dos meses de retención.