Así se desprende de varios artículos publicados en la Revista del IEE sobre el Impuesto de Sociedades, elaborados por diferentes catedráticos.

Según el IEE, "los impuestos de sociedades especialmente gravosos repercuten negativamente en el coste de capital y reducen los recursos propios prcedentes de los beneficios que las empresas pueden destinar a la financiación de nuevos proyectos".

Para el instituto que dirige Juan Iranzo, "el tipo general del 35% del impuesto de sociedades debe recortarse en un orden mínimo de dos o tres puntos, sin perjuicio de tipos aún más bajos para las pymes y para las plusvalías empresariales, que debieran homogeneizarse con las de renta".