De este modo, la huelga seguirá hasta el próximo domingo con un total de 1.600 vuelos cancelados y 200.000 viajeros afectados.

Iberia y el Sepla se habían citado a las ocho de la tarde en la sede de la compañía. A las ocho en punto, la sección sindical de Sepla en Iberia llegaba a la compañía con su presidente, Bernardo Obrador, conduciendo un Peugeot de baja gama.

La cita iba a servir para que Iberia hiciera entrega a los pilotos de un documento en el que garantizaría al colectivo la permanencia en su puesto de trabajo.

Sin embargo, aquí empiezan las diferentes versiones. No eran las 20.15 horas cuando Obrador salía por la puerta de Iberia que había franqueado diez minutos antes.

Aseguró a los periodistas allí congregados que la postura de Iberia "no ha variado un ápice" y que "no ha entregado nada" a los pilotos. "Tengo que comunicarles que desgraciadamente ha vuelto a suceder lo mismo", en referencia a las últimas reuniones, por lo que "no se desconvoca la huelga".

Poco después, un portavoz de Iberia ofrecía a los periodistas un documento de tres páginas titulado "Propuesta al Sepla-Iberia de garantía de empleo en la compañía Iberia". El Sepla, según la versión de Iberia, se había negado a recoger este papel.

Este documento consta de tres puntos de antecedentes, en los que se recoge la convocatoria de la huelga, el motivo de la misma y un encabezamiento para formular lo que debiera ser el acuerdo.

ADMITE DESPIDOS

La propuesta de Iberia recoge como primer punto que "la participación de Iberia en Catair (la nueva aerolínea de bajo coste participada por Iberia) no afectará en ningún caso a los puestos de trabajo del colectivo de pilotos de Iberia".

"Para hacer efectivo lo dispuesto en el párrafo anterior, Iberia garantiza el mantenimiento del empleo y la ocupación efectiva de cada uno de los tripulantes fijos que forman parte de la plantilla al día de la firma del presente documento", agrega.

Iberia "se compromete" a varios puntos: "a no proceder a extinciones contractuales del colectivo de pilotos por motivos distintos a despidos disciplinarios; a no presentar expedientes de regulación de empleo ni a llevar a cabo despidos objetivos por causas económicas, técnicas, organizativas o productivas, que afecten al colectivo de pilotos, durante la vigencia del presente acuerdo (expiraría el 31 de diciembre de 2010), y relacionados directamente con la participación de Iberia en Catair".

De este modo, Iberia abre la puerta a que haya despidos siempre que no tengan "relación" con la actividad de Catair. La compañía "se compromete a no disminuir la actividad de largo radio, realizada a la fecha de la firma del presente documento, por los pilotos de Iberia". Justamente Catair se va a centrar en líneas europeas y nacionales.

Iberia ofrece una comisión de control en la que participarán iguales representantes de la compañía y del Sepla, junto al director general de Trabajo, el secretario general de Transportes de Fomento y el presidente de Aena.

Esta comisión analizaría el efecto que pueda tener la participación de Iberia en Catair, con el fin de dejar abierta la posibilidad de despidos derivados de otras causas. La aerolínea se compromete a informar a esta comisión "del abandono de cualquier ruta y de las razones que lo motivan".

Es más, añade que "en ningún caso este acuerdo debe ser interpretado en el sentido de que Iberia pueda renunciar a operar la red corto y medio recorrido".

Otros puntos del pacto que no se ha podido firmar hacían referencia retirar la demanda por presunta huelga ilegal presentada por Iberia o a iniciar la negociación del VII Convenio Colectivo.