Salas explicó este incremento de resultados negativos, un 56 por ciento más que en 1992, por el aumento del pago de la deuda en divisas como consecuencia de la devaluación de la peseta, lo que supone que Iberia tendrá que pagar 15.000 millones más en intereses.

Asimismo, dijo qu el negocio aéreo ha sido este año "algo peor que en 1992" y reconoció que en estos momentos el grupo se está replanteando su estrategia como consecuencia de las críticas de la Comisión Europea al plan estratégico de la compañía.

"Estamos reevaluando la adecuación de la oferta a la demanda, la mejora de la terminal del aeropuerto de Madrid, la estrategia centro y sudamericana y la política de alianzas", añadió.

En esta línea, aseguró que la productividad por empleado ha crecido el último año en u 8 por ciento y que la demanda se mantiene, pero que el principal problema por el que pasan todas las compañías aéreas del mundo es la caída de precios.

Salas señaló que no descarta reducir el tamaño de Iberia y su oferta en los mercados internacionales si no es posible "un uso alternativo mejor de los servicios actuales". El presidente de la compañía subrayó que esta situación se está analizando en un estudio que estará acabado antes de final de año.

Asimismo, apoyó la estrategia de participar e compañías de los países de América del Sur, como Aerolíneas Argentinas, si bien tampoco descartó abandonar la presencia española ante las pérdidas de 20.000 millones de pesetas anuales. "Una buena estrategia no garantiza una buena gestión", afirmó.

Sin embargo, se mostró contrario a la posibilidad de que la Comisión Europea obligue a devolver las ayudas estatales recibidas por Iberia ante el incumplimiento del plan estratégico.