El presidente de Iberia considera que es muy probable un proceso de este tipo para poder potenciar algunos negociosde la compañía, como por ejemplo el handling -asistencia en tierra a pasajeros y aeronaves-.

Una vez se haga la privatización, señala Irala, es previsible que se plantee una potenciación de actividades, y será necesario un esfuerzo inversor "que sería un error hacerlo solos".

"Para potenciar estos negocios", dice el presidente de Iberia, "habrá que buscar inversores, y vendrá uno interesado en invertir en handling, pero no en el catering -servicios a bordo para los pasajeros-, porque no es lo suy".

"Para esto hay que darle a cada uno de los negocios su personalidad, incluida la jurídica, para que los inversores puedan acudir a potenciar estas actividades", añade.

No obstante, el presidente de Iberia se muestra partidario de que la gestión descentralizada no impida una negociación colectiva centralizada y coordinada, ni tampoco la desaparición de puestos de trabajo.

"Esto no se hace ni para dividir ni para reducir personal". agrega Irala, porque "en Iberia se han hecho los deberes ya antes que en muchas otras compañías, ya se redujo personal en su día y se hicieron los ajustes necesarios".

SEIS VECES MAS

En cuanto al proceso de privatización de Iberia que el Gobierno ha puesto en marcha, el presidente de la compañía señala que la valoración que se ha hecho del grupo áereo, entre 560.000 y 580.000 millones de pesetas, supone un valor de las acciones seis veces superior al nominal.

Según explica Irala en la entrevista, el valor nominal de una acción es ahora mismo de 134 pestas. Si se valora en 560.000 millones de pesetas la sociedad para la entrada de socios industriales, cada uno de los 882 millones de títulos en que está dividido el capital costaría alrededor de 635 pesetas.