Según la información facilitada por Iberia, los compradores de los objetos abandonados o no recogidos por los viajeros de las compañías aéreas fueron fundamentalmente tiendas de segunda mano, ya que los lotes subastados son muy completos y amplios.

Los objetos subastados pertenecen a todas las compañías, no sólo a Iberia, pero esta compañía tiene encomendada desde 1942 la función de realizar todos los años esta subasta, al ser el principal oprador de "handling" del Aeropuerto de Barajas.

Con el dinero recaudado por la venta de estos objetos se financia la propia subasta y el resto queda a disposición del Ministerio de Fomento, ya que Iberia sólo es depositaria por ser la encargada de organizar la subasta. En este caso, no ha habido excedente y los 31.000 euros han ido para Iberia para sufragar los costes de almacenaje, preparación de lotes y organización de la subasta.