Sánchez Galán explicó que del total de la inversión de este nuevo plan estratégico 2002-2006, un montante de 1,2 billones de pesetas irá destinado al mercado español, donde la potencia instalada alcanzará los 22.000 MW. Una parte de esta inversión permitirá construir dos nuevas centrales en Bizkaia y Castellón, que comenzarán a funcionar a partir del año próximo

El resto de las inversiones -0,8 billones de pesetas- se prevé que vayan dirigidas a otros países, fundamentamente Brasil (250.000 millones de pesetas) y México (430.000 millones de pesetas), mientras que otros 200.000 millones quedan reservados para invertir en energías renovables fuera de nuestras fronteras.

Sánchez Galán subrayó que, en estos momentos, los mercados "más atractivos" para llevar a cabo una inversión son el europeo y el norteamericano, si bien dijo, que únicamente se entrará en stos mercados "si tienen rentabilidad, de lo contrario se evitará".

Con respecto a la financiación de estos 2 billones de pesetas, Sánchez Galán aseguró que "no se recurrirá a una ampliación de capital", puesto que se hará frente con el "cash-flow" (excedente de caja) que se genere en el periodo y que ascenderá a 1,1 billones de pesetas, pasando por 0,5 billones de desinversiones y un aumento del endeudamiento hasta 400.000 millones de pesetas.

Ante la posibilidad de recibir una Oferta Pública deAdquisición (OPA) para hacerse con el control de la compañía, Sánchez Galán, se mostró contrario y dijo que Iberdrola busca el crecimiento, "pero con riesgos limitados", y añadió que "éste no es un plan defensivo".

El plan 2002-2006, aprobado hoy por el Consejo de Administración de Iberdrola, creará una nueva organización interna de la empresa que, según su vicepresidente y consejero delegado no afectará, en lo esencial, a la plantilla y recordó que ya existe, desde hace varios años, un plan de jubilaiones anticipadas en la empresa al que podrán acogerse los trabajadores de 59 años.

Por otra parte, Sánchez Galán recordó que a las 20 horas de hoy se cumple el plazo para que la empresa polaca G-8 acepte o no la oferta de Iberdrola para hacerse con una parte del mercado de Polonia. De lo contrario, insistió "nos saldremos de ese mercado por falta de rentabilidad".