Representantes de la Administración autonómica se han reunido en la localidad almeriense de Canjayar con los alcaldes de los municipios afectados, a los que presentaron y explicaon el desarrollo del plan, cuya inversión supera los 870 millones de pesetas.

El objetivo del plan es restaurar la vegetación destruida o dañada por el fuego y realizar las actuaciones indispensables para consolidar los cauces de los barrancos, que resultaron desestabilizados por la pérdida de las cubiertas vegetales permanentes.

Aunque la ganadería extensiva diversifica y complementa la agraria, los terrenos incendiados serán acotados durante dos años para que el matorral afectado por el fuego peda generarse.

El periodo de acotamiento podrá ser ampliado hasta los cinco años si la regeneración de la vegetación no se produce con la intensidad prevista.

El pasado 26 de junio se registró un incendio en la vertiente sur de la Sierra de Gádor, que afectó a 199 hectáreas de los municipios de Felix y Vicar.

Entre los días 21 y 23 de agosto se declaró otro incendio, que afectó a 9.761 hectáreas en los municipios de Padules, Canjáyar, Rágol, Instinción, Bentarique, Felix, Enix, Huécija, Terqe, Alicún y Alhama.

Este segundo incendio, por su extensión y consecuencias ecológicas, ha sido el más importante de los últimos tiempos ocurrido en la provincia almeriense, según opinión de los técnicos.