Aemás, solicitan la creación de un fondo especial de carácter internacional para hacer frente, a medio y largo plazo, a la reconstrucción de las zonas devastadas de Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala.

El consejo rector de la FIO ha hecho un llamamiento a la solidaridad, "cuya más práctica y eficaz manifestación es la aportación de la mayor cantidad posible de recursos económicos, por los cauces establecidos".

El llamamiento incluye el ruego encarecido a los gobiernos, instituciones y ONG para que extremen las medidas de coordinación de todos los trabajos y esfuerzos, "de manera que no se pierda ninguno de éstos por complicaciones burocráticas o por una mal entendida carrera competitiva".

Un último ruego se dirige a las instituciones públicas y privadas que promueven y gestionan las ayudas, para que extremen también su vigilancia sobre todo el proceso, con el fin de garantizar que nadie en los países que reciben la ayuda pueda desviarla en beneficio de personas o entidades que no son us destinatarios.

La FIO está compuesto por los Defensores del Pueblo de Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Portugal, Perú y Puerto Rico.