El paro no repercutió en las comunicaciones telefónicas habituales, que están automatizadas. Sí afectó a los teléfonos de información, los servicios de averías y las oficinas comerciales de atención al público, aunque sin provocar trastornos importantes, según la empresa.

Los trabajadores cumplieron los servicios mínimos establecidos, que eran del 5 por ciento para todas las dependencias, y del 25 por cien en el servicio de ocorro marítimo. También transcurrió sin incidentes la manifestación realizada ante la sede de la compañía, en la madrileña calle de la Gran Vía.

El motivo de los paros es la discrepancia entre la empresa y los sindicatos sobre la cuantía del complemento de pensión que aportará Telefónica tras la incorporación de sus empleados a la Seguridad Social, acordada el pasado 27 de diciembre en Consejo de Ministros.

Los sindicatos, que quieren mantener el derecho de los empleados a la jubilación anticipaa a los 60 años, piden que la empresa realice una aportación de 60.000 millones de pesetas, mientras que la dirección de la compañía ofrece algo más de 24.000 millones.

UGT y CCOO han programado otros paros parciales de cuatro horas en cada uno de los tres turnos para los días 27 de marzo y 2 de abril, y una huelga general para el día 10 de este último mes.