En un comunicado, CEOE advierte de que si los tribunales pudieran dictaminar con carácter previo esta huelga, "estaríamos, en nuestra opinión, ante un cas flagrante de ilegalidad, lo que permitiría a los trabajadores tomar conciencia de las consecuencias que se derivan del seguimiento de una convocatoria de una huelga ileal", en clara alusión al despido procedente.

La patronal incide en que con estos paros continuos y la huelga del día 10 "se pone en riesgo un modelo de diálogo social cuyos frutos son innegables".

Estas huelgas "infieren a las empresas daños al dificultar de forma manifiesta la actividad económica, y generan una desconfianza que cnstituye el peor enemigo para la recuperación del empleo".

Asimismo, las empresas se enfrentan a una situación en la que se encuentran "inermes", ya que pese a que no pueden hacer nada para solucionar la guerra "han de soportar unas irregularidades laborales que resultan manifiestas y abusivas".

CEOE recuerda que los ciudadanos disponen de cauces para expresar sus opiniones, como los derechos a la libertad de expresión o el de manifestación.

Pese a ello, "nos encontramos con la reiteración e muy corto espacio de tiempo de unos paros en protesta por la guerra, motivo éste ajeno a las relaciones laborales".

CEOE y sus organizaciones confederadas rechazan rotundamente estas convocatorias, que "nos retrotraen a planteamientos que creíamos superados por algunas organizaciones sindicales con las que hemos construido un importante patrimonio de diálogo social, genera divisiones entre los propios trabajadores, y resulta inadmisible desde la perspectiva de los intereses de trabajadores y empresaros cuya defensa nos está atribuida".