Según informó hoy a Servimedia el presidente de la Federación, Carlos Díez, los primeros contactos mantenidos con los gestores de los hoteles con categorías más altas "revelan una disposición muy favorable en el sector a secundar la medida".

Aunque los responsables de la patronal hotelera no esperan una rebaja masiva de categoría en los establecimientos de cinco estrellas, sí se muestran convencidos de que, entre octubrede 1992 y finales de 1993, España podría quedarse prácticamente sin hoteles de la categoría más alta, excepto un reducido grupo en Madrid y Barcelona.

Carlos Díez reconoció que la medida es "radicalmente contraria" a los objetivos de mejora de la calidad de la oferta recogida en el Plan de Competitividad del Turismo, pero aseguró que es imprescindible para no dañar aún más la mala situación del sector.

En su opinión, un factor que influirá en la postura de los hoteleros de máxima categoría son lo Presupuestos Generales del Estado para 1993, en cuyo borrador, explicó, no figura un IVA reducido para sus negocios como el 6 por cien vigente en los de una, dos, tres y cuatro estrellas, según les han informado los responsables del Ministerio de Economía en reuniones mantenidas durante las últimas semanas.

Según Díez, los hoteles de lujo deberían tener la misma tributación por IVA que el resto del sector, ya que una diferencia de nueve puntos fiscales sería muy grave, por lo que muchos de los hotele afectados que no son emblemáticos preferirán perder un estrella a tener que asumir este nuevo coste.

También aclaró que la medida que tomarán los hoteleros el martes de la semana que viene no supondrá un abaratamiento de sus servicios, porque los precios del sector son libres y no están sujetos a tarifas concretas en función de su categoría.

JULIO Y AGOSTO: BALANCE

Por otra parte, el dirigente de la patronal hotelera indicó que los resultados de ocupación en julio y agosto no han sido buenos. l primer mes de la temporada alta, explicó, "podría haber sido catastrófico de no ser por la Expo y los Juegos Olímpicos", y aún así arrojó un balance más pobre que épocas simialres de años anteriores.

Agosto, dijo Díez, contribuyó a recuperar en parte el sector, ya que los niveles de ocupación eran los normales de ese mes. Sin embargo, advirtió que estos resultados no deben ocultar la mala temporada que están pasando zonas turísticas alejadas de la Expo o de Barcelona, en donde los problemas estructuales del sector siguen haciendo mella en la cuenta de resultados.

A su juicio, sólo una intervención del Estado que acabe con la oferta ilegal de más de 7 millones de plazas turísticas, aporte ayudas a la formación del personal, y permita financiar nuevas plazas con créditos "blandos", puede salvar al turismo español de "una debacle como la que sacudió al sector en Italia hace diez años y que supuso el comienzo del `boom` en nuestro país".