El jefe del Ejecutivo cántabro, visiblemente satisfecho por la suspensión y con gran sentido del humor, consideró que "lo lógico hubiese sido la anulación. El juicio no tenía que haber comenzado".

El presidente cántabro afirmó que esta suspensión le es "indiferente" y se negó a enjuiciar las decisiones del presidente el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC), Claudio Movilla, durante las dos sesiones de la vista oral, "porque sería una crítica al Poder Judicial y no se puede criticar al 'establishment'".

Sin embargo, Hormaechea sí entró a valorar a las acusaciones particulares y al Ministerio Fiscal. Sobre el letrado Santiago Pérez Obregón, que representa a los trabajadores de Méndez Pozo, el presidente cántabro manifestó que poco se podía decir cuando este constructor burgalés "esta condenado por el cao de Burgos".

En referencia al abogado Jesús María del Pozo, que representa a Izquierda Unida, Juan Hormaechea señaló que es "un consuelo que los comunistas me ataquen, porque lo estoy haciendo razonablemente bien. Tener al Partido Comunista enfrente es agradable. Uno va por buen camino".

Por su parte, el jefe del Ejecutivo cántabro se refirió al letrado Benito Huerta, que representa a Juan González Bedoya, Manuel Pardo Castillo, Miguel Angel Revilla y Manuel Garrido, impulsores de la denuncia qu ha dado origen al procesamiento, como "el representante de los tránsfugas".

A juicio de Hormaechea, de todas las acusaciones, "la única que tiene algo de interés es la del fiscal y no pide nada. Se pone de manifiesto una enorme falta de trabajo en la cuestión, una falta de dedicación y una enorme superficialidad". Para el presidente cántabro, "el fiscal pretende terminar con mi carrera política por medios diferentes a los electorales".