El sospechoso, que se entregó ayer, domingo, voluntariamente, declaró a los agentes que las desavenencias conyugales fueron el móvil que le llevaron a destrozar el cráneo a su mujer, Ana Mara Díaz. Además, se reconoció autor de su muerte.

Tras asesinar a Ana, Antonio Ortiz cogió su coche, un "Seat Ibiza", y fue hasta la estación de Chamartín donde lo abandonó. En un vehículo alquilado, viajó a París, donde tomó un vuelo hacia Brasil.

Sin embargo, una vez que estuvo en el país carioca, comenzó a arrepentirse de lo que había hecho, hasta que, finalmente, decidió volver a España, cosa que hizo ayer, domingo, por la mañana. Acto seguido, se entregó en la comisaría de Tetuán.

Según nformaron las mismas fuentes policiales, cuando se entregó a los policías, Ortiz llevaba encima dos millones de pesetas, por lo que el Grupo de Homicidios sospecha que tenía decidido cometer el parricidio desde hacía tiempo.