"Las monedas que se encuentran suelen estar en un estado bastante deficiente, por lo que su precio en los mercadillos no expertos suele ser muy bajo, mil pesetas como mucho", explicó Abad, "sin embargo, en un museo pueden restaurarla, y además constará quién la ha donado".

"En último caso si quien la ha encontrado quiere conservarla él mismo, debe acceder a que sea fotografiada y estudiada, porque aunque como pieza aislada no diga nada, puede contribuir a su contraste con otras piezas halladas que permita elaborar un estudio sobre la estructura económica de la zona en que se encontró y la época a la que pertenece", afirmó el historiador.

Los descubrimientos hallados en la provincia de Avila constituyen el material en el que el profesor Abad ha basado sus investigaciones, en las que hapodido recoger, a lo largo de un año, material suficiente para realizar un detallado estudio de las tres principales épocas históricas de la ocupación romana de la zona.

Entre las conclusiones extraidas de estos estudios figura el hecho de la abundancia de pequeños tesoros monetarios del Bajo Imperio, relacionados con las guerras que mantuvieron en aquella época César y Pompeyo.

En cuanto a la época del Alto Imperio, los hallazgos han revelado que la zona de Barco de Avila se produjo un movimient comercial y un auge económico muy superior al del resto de la provincia, por lo que se ha deducido que debió ser uno de los puntos neurálgicos de la denominada "Vía de la Plata".

"La parte central de la provincia no entró en esa evolución numismática hasta finales del siglo III", señaló Abad, "pero es precisamente esa circunstancia la que ha contribuido a que los hallazgos en este entorno hayan sido más abundantes".