En un carta publicada hoy en diarios vascos, Consuelo Ordóñez asegura que "no hay camino más claro para combatirles que plantarles cara, demostrarles que para cobardes se bastan ellos solos, que la mayoría de la gente decente de este pueblo no les tenemos miedo, que no nos van a coaccionar con sus amenazas, con sus bombas, con sus pistolas, con sus piedras, con sus uños".

Ordóñez insta a sus conciudadanos a organizarse, "uniéndonos todos de una santa vez por una causa común tan justa y natural como es el derecho a la vida", y a no darles tregua, "para que no se les olvide que lo que queremos es vivir en paz".

La hermana del dirigente popular asesinado hace un llamamiento a la unión a aquellos que no son partidarios de enfrentarse a los simpatizantes de ETA. Asegura que "todos nosotros tenemos que estar unidos y sin miedo, igual que ellos están en cada esquia, nosotros también estaríamos en todas y muchas más, porque somos la auténtica mayoría del pueblo vasco".

Se refiere también a la reciente conferencia de paz celebrada en Bilbao bajo el auspicio de la coordinadora pacifista Elkarri y señala que la única posibilidad de sentarse a hablar con las voces disidentes interiores a la banda es que éstos formen un partido diferenciado y demuestren "con obras" lo que dicen que piensan.

Consuelo Ordóñez se muestra rotunda en su negativa a dialogar con los qe apoyan la violencia. "Nunca me mezclaré con asesinos, porque tengo sentido cumún y soy persona, condición que niego a los asesinos y los que les apoyan en ese ejercicio de la sinrazón", indicó.

La hermana de Gregorio Ordóñez dice que se arrepiente de haber estado "cruzada de brazos hasta ahora". "Me queda ese remordimiento de no haberme acercado hasta ahora a las personas a las que ya les había tocado antes de que nos tocara a nosotros (a la familia del líder popular)", dijo en referencia a las víctmas del terrorismo.

Pero, "ahora ya no. Voy a trabajar muy seriamente con todos aquellos que quieran trabajar por la paz y os animo, desde aquí, a que les perdamos el miedo y les plantemos cara. Yo quiero paz y reclamo justicia, y es que la paz no puede tener precio", concluyó.