La hermana del "grapo", que reside con su esposo y cinco hijos en la localidad cántabra de Ontoria, en el municipio de Cabezón de la Sal, afirma que la última vez que vio a Laureano Ortega fue cuando salió de la cárcel.

Gloria Ortega asegura que sus otros dos hermanos, que también residen en esa comuniad autónoma, tampoco habían vuelto a tener noticias del militante de los GRAPO hasta que fue arrestado por la Guardia Civil el pasado sábado, tras atracar un furgón blindado en un centro comercial de la capital cántabra.

La mujer, que asegura no sentir "vergüenza" por ser hermana de Laureano Ortega, "porque no tengo nada que ocultar", afirma que desde hace mucho tiempo su vida se ha visto alterada por la militancia de éste en la banda armada.

"Cada dos por tres, abres la puerta de la vivienda y ecuentras algún coche de la Policía que te vigila", comenta. "LLegamos a sentirnos como una ratonera". "Hace unos días vino a visitarnos nuestra madre para ver a una nuera que está embarazada: el despliegue policial se intensificó". Gloria Ortega volverá a ir a ver a su hermano en la cárcel. "Es de la familia y es normal que nos interesemos por su estado".

Mientras tanto, la Guardia Civil de Cantabria mantiene el cerco contra los otros tres "grapos" que, al parecer, aún permanecen en la región. Fernand Silva Sande, que participó en el atraco de la semana pasada y logró huir del cerco policial; Isabel Santamaría del Pino y Valentín Benito Iñigo, que podrían estar ocultos en algún punto de la región a la espera de que el dispositivo policial montado tras la detención de los otros tres compañeros de la banda armada baje de intensidad.

Por su parte, Encarnación León Lara, detenida junto a Laureano Ortega y Elvira Diéguez, y que resultó herida en el tiroteo que mantuvieron los terroristas con las fuerza de seguridad del Estado, se recupera favorablemente en el hospital "Marqués de Valdecilla" de la capital cántabra.