"Es un acto de normalidad. Era realmente previsible que, a la vista de la actuación que en estos casos suele tener el Tribunal Constitucional, adoptase la decisión de no suspender la ejecución de la sentencia, teniendo en cuenta que l normalidad, la regla general, es la no suspensión, y que el tribunal Constitucional sólo decide suspender cuando la no suspensión dejaría si efecto, digamos, la virtualidad del amparo", explicó.

En opinión de la dirigente parlamentaria socialista, "en este caso concreto se ha valorado, como era previsible, el que, dada la gravedad de la pena y del delito, se causaría al interés general una perturbación mayor suspendiendo que no suspendiendo".