Viano, que participa en la localidad guipuzcoana de Oñate en un seminario sobre abuso infantil, considera falsa la opinión extendida entre la sociedad, según la cual los delitos sexuales contra menores son cometidos siempre por "desconocidos que se encuentran a los niños en la calle".

El seminario, titulado "Abogacía, reforma legal y poltica social", está organizado por el Instituto Internacional de Sociología Jurídica de Oñate (Guipúzcoa) y concluirá este próximo viernes.

A él asisten juristas y psicólogos de España, Francia, Italia, Canadá, Estados Unidos, Sudáfrica, Unión Soviética y Bangladesh, entre otros países.

Los reunidos discuten, sobre todo, los programas e investigaciones de último cuño, así como las leyes sobre el abuso psíquico y sexual de los menores que se aplican en los distintos países.

También estudian prpuestas prácticas para erradicar el problema y forzar el cumplimiento de la Convención de la ONU sobre Protección de los Niños.

Emilio Viano declaró a esta agencia que el origen del abuso sexual y psíquico de los niños "es un problema de educación en el seno de la familia".

PAISES SUBDESARROLLADOS

"Algunos están convencidos de que la violencia está justificada en las relaciones humanas para resolver los conflictos y esta teoría la aplican también en su trato con los niños", precisó.

Considró que la única forma de combatir estas actuaciones es a través de la información, "sensibilizando a la opinión pública de que la violencia no es el recurso apropiado para educar a los niños".

En cuanto al abuso infantil en todo el planeta, aseguró que es un problema muy extendido en las áreas rurales de los países más desarrollados, aunque agregó que es en los subdesarrollados donde el problema se agrava, ya que la violencia contra los niños se convierte en esclavitud.

"En esos estados, los padrs venden a sus hijos para trabajar como esclavos en las fábricas, a lo que hay que sumar la falta de una alimentación y asistencia médica adecuadas", señala Viano.

A las niñas se las utiliza para la prostitución, especialmente en el sudeste Asiático, donde "son ofrecidas al turista japonés o europeo, los cuales contribuyen sin ningún reparo a acentuar este grave problema".