Según las primeras investigaciones, el empresario, natural de Lanzarote, fue degollado el día de su desaparición, hace unos diez días.

Los vecinos del local, que era propiedad de la víctima, advirtieron ala policía de los malos olores procedentes de su interior. Cuando los agentes entraron descubrieron el cuerpo de un hombre cubierto de sangre, oculto bajo las escaleras de un sótano.

Se da la circustancia de que la policía registró dicho local pocos días después de la desaparición del empresario y no localizó entonces el cuerpo, al parecer debido a que se encontraba oculto tras una cortina.

El coche del empresario, que poseía industrias de construcción y varios locales comerciales, fue hallado hae unos días en la localidad de Tafira, cercana a Las Palmas, por lo que se intensificaron las labores de búsqueda.

Las investigaciones apuntan a que antes de su asesinato hubo una pelea, en la que, debido a los cien kilos de peso y el metro ochenta de estatura que tenía el empresario, lo más probable es que estuvieran implicadas varias personas. El cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense para realizarle la autopsia.