Esta especie, llamada ‘Ontocetus posti’, muestra sorprendentes similitudes en las adaptaciones alimentarias con la morsa moderna (‘Odobenus rosmarus’), lo que pone de relieve un caso intrigante de evolución convergente.

La investigación, publicada este martes en la revista ‘PeerJ Life & Environment’, fue dirigida por Mathieu Boisville, de la Universidad de Tsukuba (Japón). Los fósiles de ‘Ontocetus posti’ fueron descubiertos en Norwich (Reino Unido) y Amberes (Bélgica).

Inicialmente se pensó que estos restos pertenecían a otra especie (‘Ontocetus emmonsi’). Sin embargo, un análisis detallado de las mandíbulas reveló una combinación única de características que lo distinguen como una nueva especie.

Estas características incluyen la presencia de cuatro dientes postcaninos, un canino inferior más grande y una sínfisis mandibular fusionada y corta. Por su anatomía, sugieren que ‘Ontocetus posti’ estaba bastante bien adaptado a la alimentación por succión, algo similar a su pariente moderno, la morsa.

ENFRIAMIENTO GLOBAL

El género ‘Ontocetus’, originario del océano Pacífico norte, se extendió al Atlántico durante la transición Mioceno-Plioceno. Esta migración probablemente fue facilitada por la vía marítima centroamericana, un paso oceánico crucial antes del cierre del istmo de Panamá.

El enfriamiento global resultante que comenzó durante el Plioceno tardío afectó significativamente la vida marina, contribuyó a la extinción de ‘Ontocetus posti’ durante el Pleistoceno temprano y permitió que ‘Odobenus rosmarus’, adaptado al frío, surgiera y, finalmente, prosperara.

El descubrimiento arroja luz sobre la historia evolutiva de las morsas y destaca cómo los cambios ambientales han moldeado las adaptaciones y la supervivencia de los mamíferos marinos.

La convergencia de las adaptaciones alimentarias entre ‘Ontocetus posti’ y la morsa moderna ilustra los procesos evolutivos dinámicos que ocurren en diferentes épocas y entornos.