La intervención policial fue consecuencia de una comisión rogatoria internacional de las autoridadesitalianas, admitida por un juzgado de Madrid, dentro de una investigación de la Policía de Finanzas italiana sobre objetos de interés artístico y arqueológico, producto de excavaciones o adquisiciones ilícitas en ese país.

En el vestíbulo de la cuarta planta de la sede de la asociación, situada en el número 22 de la Gran Vía, estaban colgados dos cuadros de gran valor, mientras que en una habitación museo había expuestas en numerosas vitrinas un total de 42 piezas de las culturas etruscas y helénica. Todas las obras, que quedaron precintadas en las mismas instalaciones por orden judicial, son de incalculable valor artístico y muchas son piezas únicas. Han sido identificadas por los dos funcionarios policiales italianos presentes en el registro.

En la habitación también había una gran cantidad de piezas arqueológicas españolas, cuya procedencia está tratando de determinar la policía.