Durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados para analizar las cuentas públicas, Ocaña explicó que las críticas a los presupuestos tienen que hacerse desde la perspectiva de la descentralización del Estado.

En este sentido, indicó que el Estado central sólo gestiona el 22% del total, mientras que casi la mitad de los mismos está en manos de las comunidades autónomas.

"A la hora de enjuiciar las cuentas no hay que olvidar la realidad de la España descentralizada. Del 22% que gestionamos se trata de un gasto condicionado por compromisos anteriores que son de ineludible cumplimiento", aseveró Ocaña.

Por ello, instó a las administraciones locales y autonómicas a "hacer un esfuerzo conjunto" por llevar a cabo una correcta política en inversión productiva.

Respecto a las inversiones territorializables, el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos empleó cinco minutos de su intervención en dejar claro cuál es el cálculo que ha hecho el Gobierno con las inversiones en Cataluña.

A este respecto, Ocaña insistió en que la cifra final es el fruto de lo que mandata el Estatuto de Cataluña. En total, el Ejecutivo invertirá 3.195 millones de euros en infraestructuras en esta región, que es lo que le corresponde debido a su peso total en el PIB (18,8%) "y no es negociable".

En este sentido, el diputado de CiU Josep Sánchez Llibre volvió a insistir en que su grupo no está de acuerdo con la cifra, puesto que el Ejecutivo "sólo dice que es inversión en infraestructuras la cuantía del Ministerio de Fomento y de Medio Ambiente y sobre el presupuesto de estos ministerios hace el cálculo".

"Quedan cuestiones pendientes de negociación que esperemos que se puedan resolver durante la tramitación parlamentaria. Nuestra propuesta está encima de la mesa, ya veremos cuál es la solución definitiva", dijo Sánchez Llibre.

CAMBIO DE PATRÓN

En el transcurso de su explicación en la Cámara baja, Ocaña manifestó que las cuentas se enmarcan en un contexto económico similar al que se redactaron los presupuestos de 2006.

No obstante, incidió en la idea apuntada ayer por el Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, de que ya se aprecia un cambio en el patrón de crecimiento de la economía española "más sano y sostenible".

"Estamos asistiendo a un reequilibrio del modelo de crecimiento al que ha contribuido la estabilidad presupuestaria. Bien es cierto que en 2007 creceremos algo menos, pero también es cierto que se crecerá de un modo más equilibrado", apuntó Ocaña.

Para ello, el Ejecutivo se centrará en el gasto productivo con la intención de "afianzar" y asegurarse de que este gasto servirá para mejorar el patrón de crecimiento.

Citó como ejemplo el crecimiento que ha experimentado la inversión en I+D+i y en Educación, "que además de gasto social son gasto productivo".

REFORMA FISCAL

En cuanto a la marcha de la recaudación vía impuestos, Ocaña apuntó que en este momento goza de "buena salud" por lo que la reforma fiscal no tendrá efectos importantes, pese a que el Estado verá disminuidos sus ingresos en unos 4.000 millones de euros.

En esta línea, la portavoz popular de Hacienda Fátima Báñez reprochó al Ejecutivo que anuncie un descenso de la presión fiscal para el próximo año, "cuando el propio vicepresidente segundo ya ha anunciado que se subirán impuestos como el del tábaco o el alcohol".

"Estos presupuestos institucionalizan el abandono de la solidaridad e instauran la España de las dos velocidades", lamentó la portavoz popular.

Por su parte, Sánchez Llibre pidió al Gobierno que lleve a cabo una nueva reforma fiscal para el año que viene que incida en una bajada de impuestos, lo que recibió un rotundo "no" de Ocaña que defendió que "no se puede hacer una reforma fiscal un año sí y otro también".