Costa dijo que Hacienda está viendo, con motivo de la próxima reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), las posibles medidas a adoptar para los divorciados, pero no concretó su alcance. El colectivo de divorciados en España alcanza a más de un millón de personas.

El secretario de Estado admitió que quienes pagan las pensiones de sus hijos lo hacen por cuantías que en muchos casos suonen la mayor parte de sus ingresos, y a pesar de ello deben tributar por toda su renta, aunque no toda sea disponible para ellos.

En este sentido, Costa adelantó que se incluirá un tratamiento fiscal "mas justo para todas las partes" y se basará en uno de los principales criterios que rigen la reforma del IRPF, tributar en función de la capaicidad de pago de cada contribuyente.

También reiteró que las medidas fiscales que se adopten en torno a la vivienda girarán sobre el criterio de que la vivinda propia no tributa, y que el "mínimo vital" debe incluir gastos de mantenimiento y conservación del hogar principal. "Esto no quiere decir", agregó, "que no se vayan a tener en cuenta los intereses de las hipotecas como objeto de deducción".

Juan Costa evitó una y otra vez fijar la postura que mantendrá el Gobierno sobre la polémica propuesta de los expertos de quitar de las deducciones los intereses que se pagan por las hipotecas, pero sí advirtió que seguirá habiendo incentivos de vivienda, que srán mayores para las rentas más bajas y los jóvenes, y que lo que se decida afectará también a quienes ahora están comprando una casa, es decir, con carácter retroactivo.

El responsable de Hacienda salió al paso de los temores que pueda suscitar la reforma asegurando que la rebaja del Impuesto de la Renta será general para todos los contribuyentes, con más hincapié en las rentas más bajas, aunque matizó que, para el Fisco, unos ingresos de dos millones anuales ya es una renta media.