ESTATUA FRANCO

HABER RECIBIDO TRANSFUSIONES DE SANGRE ANTES DE 1992 ES UN FACTOR DE RIESGO QUE PUEDE DESENCADENAR EN UNA HEPATITIS C

MADRID
SERVIMEDIA

Haber recibido transfusiones de sangre antes de 1992, cuando no se realizaban tests exhaustivos en la sangre donada, es un factor de riesgo que puede desencadenar en una hepatitis C, una enfermedad que puede tardar hasta 20 años en diagnosticarse, según el doctor Ramón Planas, jefe de la Unidad de Hepatología del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Germans Trias i Pujol de Barcelona.

Según los datos de prevalencia de la enfermedad que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen entre 170 y 240 millones de afectados por el virus de la hepatitis C y muchos de ellos desconocen su infección.

En España, según un estudio realizado en 2002 y publicado en la revista Medicina Clínica, se estima que existen unos 800.000 pacientes con hepatitis crónica C (prevalencia del 2%), de los que entre el 5% y el 20% desarrollarán cirrosis si no se curan y un 15% padecerán carcinoma de hígado.

Un porcentaje aún más elevado de españoles, el 2,6%, dan positivo al test anti VHC, lo que implica la presencia de anticuerpos y, por lo tanto, haber estado en contacto con el virus. La evolución a la cronicidad se da en el 50-80% de los casos tras la infección aguda (el virus tiene gran capacidad de mutación y escapa a las defensas del huésped).

Aunque en la actualidad se diagnostican un gran número de casos, la mayoría son de infecciones adquiridas hace años y que han pasado desapercibidas dado que tanto la infección aguda como la crónica por virus C pueden ser asintomáticas. De hecho, en el caso de la hepatitis crónica C, el 50% de los afectados no presentan ningún síntoma, mientras que el 30% pueden presentar cansancio y el 20% dolor o más bien molestias en la zona donde está situado el hígado.

Además de haber recibido transfusiones antes de 1992, la exposición parenteral al virus y un bajo nivel socioeconómico son factores de riesgo elevados para la hepatitis C.

Además, subraya el doctor Planas, existen factores de bajo riesgo pero también importantes, como la transmisión vertical (de madre a hijo), la realización de tatuajes o piercing, el recibir hemodiálisis, la exposición ocupacional de los trabajadores sanitarios, la ingestión de cocaína por vía intranasal y la promiscuidad sexual.

Desde que en 1992 los análisis de la sangre utilizada en las transfusiones se multiplicaron para evitar contagios, las posibilidades de recibir el VHC tras una transfusión se han reducido al mínimo, aunque tampoco han desaparecido.

Según explica el doctor Planas, el riesgo actual de hepatitis C postrasfusional en los países industrializados es de un caso por cada 127.000 en Italia, por cada 149.000 en España y por cada 276.000 en Estados Unidos.

(SERVIMEDIA)
02 Abr 2005
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