Los medios de comunicación la han coronado "Reina de los Juegos" y han llegado a llamarla "hijadel viento", como a Lewis, pero ella insiste en que es "hija de la Puri". "Esos títulos no me resultan simpáticos porque aquí hay muchos reyes y cuando se ensalza a uno a otros se les olvida. Cada uno tienen su nivel y ensalzarme a mí supone no ensalzar a los 318 atletas restantes del equipo español", declaró a Servimedia esta burgalesa de 30 años.

Aunque pueda parecer excesivamente modesta, Santamarta no es una mujer a la que no le guste destacar. Su carácter, según ella misma cuenta, se ha ido forjado con la disciplina y la autoexigencia del deporte, que practica desde niña, características de su personalidad que le han sido de gran ayuda para desenvolverse en el mundo de la oscuridad.

Esta forma de ser hizo que llorara de rabia y se negara a dar la vuelta de honor al estadio tras imponerse en la prueba de los 100 metros, porque, a pesar de ganar su primer oro en Barcelona y batir su propio récord con un registro de 13.04, no había marcado los 12.60 que alcanza en los entrenamientos.

"Exijopara los demás lo que lo debo exigir para mí misma y según vas consiguiendo cosas vas sintiéndote más seguro, un poco más capaz, aunque sólo sea en la pista y en la calle sea una persona de a pie. En la pista me siento libre y capaz de hacer todo lo que me pida el entrenador, porque a lo mejor él dice que puedo y yo digo que no, y luego resulta que sí, que puedes".

"RECORDWOMAN" A LOS 17 AÑOS

Purificación nació hace 30 años en Burgos, en el seno de una familia de cinco hermanos, de los que ella es l pequeña. Todos son videntes menos ella, que padece glaucoma y, aunque ahora es totalmente ciega, hasta los 8 años distinguía los colores y algunas formas, "lo suficiente como para no llevarse por delante todo lo que hay por la calle".

Empezó a competir "de broma", cuando tenía 15 años, en un campoenato interescolar, representando al colegio Espíritu Santo que la ONCE tiene en Alicante. "Los entrenadores pensaron que yo podía servir para las pruebas de velocidad y salto de longitud". Apenas dos años ms tarde, en un "campeonato sencillo" batió el récord mundial en 60 metros.

La Federación Española de Deportes para Minusválidos la seleccionó entonces para los Campeonatos del Mundo de Inglaterra de 1979 y tuvo que acudir a la delegación de Burgos para buscar un entrenador, Benito Peláez, que ha permanecido junto a ella desde entonces.

"La ONCE sólo se ha preocupado del deporte de los ciegos a partir de 1987 y yo llevaba entonces 8 años practicando deporte", comenta para destacar la falta de ayud con la que se encontró, pero matiza que "tampoco es su obligación, porque se trata de una entidad para el trabajo. No obstante, tengo que reprocharle que patrocine con más alegría al equipo ciclista de videntes que a sus propios deportistas, aunque me dicen que eso es publicidad y lo nuestro deporte".

En su primer Campeonato del Mundo se hizo con una medalla de oro y dos de plata y a partir de ese momento su trayectoria deportiva se disparó. En los tres Juegos Paralímpicos que disputó antes de Barcelna sumó tres medallas de oro y otras tantas de plata, mientras que en todas sus participaciones en campeonatos del Mundo y de Europa las medallas se elevan a un total de 16, sin olvidar todos los campeonatos nacionales en los que ha competido.

"El deporte en general es salud, pero para un ciego su práctica se traduce en una agilidad, obtienes reflejos, aprendes a ubicarte en el espacio y llegas a controlar el ambiente que te rodea". Pese a ello, no duda en afirmar que "en la pista veo mejor".

MUSICA ESQUI Y EQUITACION

Cuando no compite su vida se centra en su trabajo -vende cupones en Burgos- y en su hijo Alberto, que tiene 2 años, además de en las faenas del hogar. El poco tiempo libre que le queda cuando no entrena, cerca de dos horas diarias, escucha toda clase de música, esquía e incluso monta a caballo. También le gusta la informática.

No ha querido casarse con el padre de su hijo, con el que vive desde hace ocho años, "ni pienso; un sentimiento no tiene porque ser firmado, mi palabra s más fuerte que un papel", y no es religiosa.

"Dios no está aquí para ayudarme y ponerme una alfombra de plumas para que yo pase; al revés, el día que nací debía de estar de vacaciones", reflexiona, para añadir: "Si empiezas a pensar, ¿por qué yo sí y tú no? Y al fin y al cabo aquí hay gente que está mucho peor que los ciegos. A fin de cuentas, tenemos una movilidad y hacemos de todo, pero hay gente a tope de mal".

"No es justo", agrega. "Si Dios es tan bueno no debería consentir que unos sufrantanto y otros vivan tan bien. Y resulta que naces así, porque si a fin de cuentas es que has sido malo, es lógico que se me castigue. Y eso que conmigo no se ha equivocado del todo, pero hay gente con la que ha hecho auténticas chapuzas. Entiendo que eso no debería ser Dios".

Opina que ser ciega e integrarse en la sociedad "no es fácil. Muchas veces te desalientas cuando ves que pones todo tu esfuerzo y la gente no valora tu trabajo como trabajo real, sino como algo original -un ciego que corre-, y tuestá dando lo más que tienes para demostrar que eres capaz".

Por ello, el deporte se ha convertido para ella "en ese momento en el que tiendes a recuperarte de los bajones, porque un ciego ha de demostrar sin orgullo que está a la altura o un poquito más para que se le considere capaz. Un ciego sólo destaca cuando es alguien realmente brillante; si no, es uno más".

Personalmente, Purificación se siente integrada en la sociedad porque además convive con videntes. Afirma que, al margen de que puedacontar con el apoyo de instituciones como la ONCE, "la integración es un problema personal. Si yo le doy un bufido a una señora porque me quiere ayudar a cruzar la calle, pues a lo mejor le sienta mal. Está en ti el que sepas tratar a la gente y unirte a la sociedad, que ya existe, y en ella los ciegos somos minoría".

El trabajo es también "un aliciente para tu autodesarrollo, que te permite sentir que no vives de la beneficiencia ni del favor del Estado y sentirte más segura".

Por su parte, a lasociedad le pide "la ayuda precisa en el momento exacto". "Queremos que se nos trate con normalidad. Si ven a una persona dubitativa o agobiada, ofrécele tu ayuda, pero si ves a un ciego resuelto, sin ningún problema, que va a cruzar, déjalo pasar, es uno más como tú. Hace falta un poco de psicología".

BARCELONA 92

A la hora de hacer una valoración de lo que han sido los Juegos Parlímpicos de Barcelona 92 "todos los adjetivos son pocos", según Santamarta. El público "me ha cogido con unos hilos mágios que me han ayudado a acabar las pruebas de una forma maravillosa" y al compararlo con el de otros Juegos anteriores dice que la diferencia está en que en Montjuic el clamor "es desde que empiezas hasta que acabas".

Comparte el criterio de Miguel Durán al pensar que en Barcelona se ha conseguido en unos días lo que hubiera llevado años en otras circunstancias, pero estima que después de la ceremonia de clausura "seremos parte del olvido y la vida seguirá normal".

Su futuro deportivo no lo tieneclaro: "Este año he tenido un poco descuidada a la familia y además si tuviese más facilidades en mi trabajo..., pero el cupón se vende de una manera discreta en Burgos y con las horas que pierdo en los entrenamientos son horas y horas que no trabajo".

Si pudiese elegir, seguiría hasta Atlanta 96 y después "buscaría un hueco en el mundo de los animales, especialmente el de los perros, tengo que encontrar la manera", dice acariciando a "Dan", que lleva sólo ocho meses con ella y ya la ha acompañado mucas veces hasta el podio.

No obstante, prefiere no hablar de este tema, porque "hace poco se murió el otro, 'Less', que estuvo conmigo durante 10 años y todavía me escuece mucho cuando lo recuerdo."