Hace una semana, cuando Fraga mantenía el más absoluto mutismo sobre su nuevo Gobierno, en el que sólo anunciaba algunos ajustes para paliar el natural desgaste de la pasada legislatura, Cuiña Crespo aprovechó un acto oficial en su feudo pontevedrés para anunciar que continuará al frente de su departamento, que éste cambiará de nombre, y que tiene como reto acabar en los próxio años como los planes de infraestructura que tiene en marcha.

Además, Xosé Cuiña logrará avanzar en el equilibrio de poderes entre barones provinciales del PP si, como parece, coloca a su hombre de confianza y secretario de organización del PP de Galicia, Miguel Diz Guedes, en una consejería de nueva creación que podría ocuparse de temas de interior y justicia.

Su más directo rival en la sucesión y 'barón' en la provincia de La Coruña, Xosé Manuel Romay Beccaría, también gana enteros al sumar a u actual cartera de Sanidad las competencias de Servicios Sociales desgajadas del departamento de Trabajo, cuya otra rama se unirá a Industria.

Sin embargo, el avance de Romay se verá mermado al crearse una nueva cartera para temas de infancia, mujer y juventud, que hasta ahora formaban parte de Servicios Sociales y Cultura, respectivamente. Esta cartera fue anunciada por Fraga en el debate de investidura, el pasado día 1, y reveló que la ocupará una mujer. Se trata de Manuela López Besteiro, la conceión de Fraga al 'barón' de Lugo, el senador y presidente de la Diputación, Francisco Cacharro Pardo.

En este juego de poderes provinciales pierde comba el actual presidente de la Cámara autonómica, Victorino Núñez. Si no hay sorpresas de última hora, caerá su hombre en el Gobierno, Daniel Barata, que ocupaba ahora Cultura.