"Es un momento de inmensa tristeza por la muerte de un gran amigo y un gran socialista, un hombre muy alegre que vivía la vida con una generosidad extraordinaria", afirmó Guerra, quien dijo sentir también "un sentimiento de rabia de no poder terminar con tantos sucesos tristes, tanta víctima de la fuerza bruta de la violencia".

"La muerte que se ha llevado a Fernando y que se llevó de la misma manera también a Gregorio (Ordóñez) y a los de Vallecas y León es una muerte que restituyeal silencio la elocuencia, porque la sangre derramada de tantos inocentes en manos de los asesinos está gritándonos a nosotros que tenemos que poner todo nuestro empeño en terminar con el asesinato. Tenemos que poner nuestra mejor inteligencia, nuestro corazón y también nuestras manos para terminar con ellos", continuó.

"Ante tantas personas, familiares, amigos, que sienten el dolor de estos crímenes, están gritando esos muertos lo que están gritando: que debemos dejar las cosas auxiliares, que nadie ebería situarse en ese terreno de nadie y que hay que condenar el terrorismo".

Según Alfonso Guerra, "todos, sobre todo el mundo de la política y de la prensa, debemos dedicar nuestros esfuerzos a terminar con los asesinos de ETA para que no haya más víctimas ni familiares que sientan el dolor que hoy sentimos todos por Fernando Múgica".

Entre otras muchas personas, durante la mañana de hoy acudieron a visitar la capilla ardiente José María Aznar, Jaime Mayor Oreja, Federico Trillo, Xabier Arzallz, Iñaki Anasagasti, Joseba Eguíbar y José Luis Corcuera.