Guerra, que asitió a la presentación de su libro "La democracia herida", opinó, en declaraciones a los informadores, que la democracia española "está herida, aunque esta viva y la vamos a revitalizar entre los que creemos en la democracia".

En esa labor, añadió, "desde luego no podemos tener esperanza que los que están haciendo de la democracia una especie de muladar, que es donde se echan los restos de las granjas, los restos de los animales, no vamos a poder pensar que de ellos va a venir, y por lo tanto habrá queempujar para que la democracia se revitalice".

En cuanto a las dificultades en las relaciones entre el PNV y el Gobierno, Guerra manifestó que "la verdad es que uno no comprende muy bien por qué el Gobierno del señor Aznar ha estado cediendo tanto sólo por cinco votos, cuando en el Parlamento tenía asegurada la mayoría con Convergencia. Ahora pierde esos cinco votos y el problema es si Convergencia sigue apoyando, aunque hay algunos indicios de que pueden estar preparándose unas elecciones adelantadasen Cataluña, lo cual significaría una pérdida de ese apoyo".

Aunque no despreció la importancia de esos apoyos parlamentarios, Guerra añadió que lo importante es la acción de Gobierno. "Yo tengo la impresión de que nos vamos deslizando hacia un sistema democrático muy poco democrático, y eso es lo que verdaderamente es grave y tal vez, a lo mejor, eso ha podido estar también en el ánimo de los que piensan retirar sus apoyos al Gobierno".

EL LIBRO

La presentación del libro de Alfonso Guerra congegó en un salón del Círculo Bellas Artes a algunos de los "ex" más destacdos del país, como Fernando Abril Martorell, ex vicepresidente del Gobierno, y Gregorio Peces Barba, ex presidente del Congreso, que oficiaron de presentadores junto a la periodista Concha García Campoy.

Asimismo, asistieron Santiago Carrillo, ex secretario general del PCE; Nicolás Redondo, ex secretario general de la UGT, y José María Benegas, ex secretario de Organización del PSOE, junto a varios miembros de la Ejecutiva socialsta, encabezados por Ramón Rubial, y numerosos diputados socialistas, sobre todo de los denominados "guerristas".