Por un lado, está la Comisión de investigación que el próximo viernes se constituirá, con toda probabilidad, en las Cortes de Aragón para investigar el patrimonio personal y familiar de José Marco, también secretario regional del partido en Aragón. Por otro lado, hace apenas unas semanas que el máximo esponsable de la Comunidad Autónoma vio como su gestión era reprobada por el Parlamento aragonés.

A este hecho hay que sumar las horas bajas que vive también el alcalde de Zaragoza, Antonio González Triviño, que se ha visto relacionado por la prensa con el enriquecimiento de una amiga suya y la investigación de Hacienda sobre unas facturas relacionadas con la depuradora de la capital aragonesa. Los grupos de oposición han pedido su dimisión.

La visita de Guerra a Zaragoza se produce en unos momenos realmente difíciles para los guerristas aragoneses, que constituyen uno de los últimos reductos fieles al vicesecretario general socialista. La unidad en el seno del partido brilla por su ausencia y como demuestran las declaraciones del actual primer teniente de alcalde de Zaragoza, Luis García-Nieto, miembro del partido muy crítico con la gestión de Alfonso Guerra.

García-Nieto, a la pregunta de si pensaba asistir a la cena de cargos y militantes socialistas con Alfonso Guerra, dijo: "¿Ya viene? A, no.no. No tengo ningún interés. No entra dentro de mi agenda. Tengo el carné de baile ocupado para ese día. Todos los militantes del Partido Socialista al parecer estamos invitados. Yo soy militante de este partido y voy a seguir siendo hasta que me muera, pero elijo con quién voy a cenar. Además los faros me deslumbran, tengo muy poca vista".

Con esta última afirmación, García-Nieto hacía alusión a una de las expresiones lanzadas por el presidente José Marco durante la última visita de Guerra a Araón, en las que aseguró que el vicesecretario general del PSOE "es el faro que nos guía".