Según eas fuentes, la Brigada Central de Estupefacientes recibió hace siete meses una confidencia de la agencia antinarcóticos de Estados Unidos, la DEA (Drugs Enforcement Agency), según la cual una organización de narcotraficantes colombianos tenía previsto enviar a otra organización de Zaragoza un "importante alijo".

La policía puso estos hechos en conocimiento del juez Baltasar Garzón y, a partir de aquí, se decidió controlar los movimientos de los sospechosos y dejar que la droga llegase a su destino finl, Zaragoza, donde estaba prevista una gran operación para detener a toda la organización, agrega "Levante".

Por su parte, la Guardia Civil tuvo conocimiento de la llegada del mismo cargamento hace una semana. El pasado martes, cuando ya se encontraban en Valencia dos inspectores de la Brigada Central de Estupefacientes para llevar a cabo una entrega controlada -dejar pasar el alijo y seguirlo hasta Zaragoza para detener al mayor número posible de implicados-, agentes de la Benemérita comunicaron a laFiscalía de Valencia su intervención en la operación.

Fuentes del Ministerio de Interior explicaron que a la Guardia Civil se le informó de que era un servicio de la policía y que, ya que conocían el caso, podían tomar parte en el control de la entrega. Sin embargo, la Benemérita decidió intervenir y esa misma tarde comenzaron a abrir la excavadora.

Según fuentes de Interior a las que tuvo acceso el periódico "Heraldo de Aragón", el secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, telefoneó aer al teniente coronel jefe de Valencia, Pedro Miranda, para recriminarle haber "reventado" la operación dirigida por el juez Garzón.