Según informó hoy la Dirección General de la Guardia Civil, la investigación se inició a raíz del hallazgo el pasado mes de junio de unos restos humanos entre el pio de Valinier y Botua, en el término municipal de Gistaín (Huesca).

Ante las sospechas de que estos restos pudieran pertenecer al niño desaparecido hace casi tres años, se decidió la realización de técnicas comparativas del ADN de los mismos con las muestras de sangre que fueron solicitadas a sus padres, con el objetivo de determinar la veracidad de la paternidad/maternidad.

Una vez realizados los procesos químicos en tres secuencias, una mediante hibridación y las otras dos mediante equipos secenciadores diferentes, se llegó a la conclusión de que las muestras óseas correspondían a un hijo biológico varón de Joaquín Ayete y María de los Milagros García, con una garantía de veracidad aproximada del 99,9 por ciento.

La Guardia Civil y la Universidad de Granada están desarrollando el programa "Fénix" que avanza en este tipo de investigaciones de identificación a través del ADN de todos los restos humanos cuyos familiares cedan voluntariamente una muestra biológica.