La llamada operación "Zula", llevada a cabo conjuntamente con la Gendarmería Nacional Francesa, se inició a raíz de la información facilitada por las autoridades francesas, que comunicaron a España la desaparición de una menor residente en una casa de acogida en Nazaire de Valentine (Francia), que podría encontrarse en algún lugar de España.

La menor se había ausentado de su domicilio únicamente con una mochila, un móvil y una pequeña cantidad de dinero, lo que hacía presagiar que había desaparecido voluntariamente, según informa en un comunicado la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil.

La hipótesis de una huida voluntaria cobró más fuerza tras varias jornadas de búsqueda por parte de vecinos y autoridades locales y el aporte de información por parte de algunos allegados.

Entonces, se inició una exhaustiva investigación que abarcó desde las circunstancias de la llegada de la menor a Francia hasta una cuenta de correo electrónico que la chica usaba con especial asiduidad, y a partir de ello se observó que una de las cuentas se había usado desde España.

La Guardia Civil emprendió un rastreo para localizar el lugar desde donde supuestamente la menor había accedido a su cuenta de correo con posterioridad a su desaparición y se llegó hasta hasta un locutorio en Barcelona.

Una segunda conexión estrechó la búsqueda y la Guardia Civil llegó hasta la casa de una tía de la menor, y definitivamente hasta el padre de la niña, que residía en Barcelona. Finalmente se comprobó que padre e hija, junto a otros ciudadanos mongoles, vivían en la localidad de Barcelona.

Una vez que se localizó a la menor, ésta manifestó que había abandonado la casa de acogida por su disconformidad con el estilo de vida que llevaba en la misma, por lo que decidió iniciar una nueva etapa en compañía de su padre, que reside en España desde hace algo más de dos años.