Considerados como una unidad de élite, compuesta por expertos tiradores especializados en resolver situaciones calificadas de "alto riesgo", estos grupos participaban en la desarticulación de "comandos" de la banda terrorista ETA.

El pasado mes de junio, el director general del cuerpo, Luis Roldán, decidió la disolución de los GAR, creados en 1982 para luchar contra el terrorismo. Sus 629 miembros etán actualmente repartidos por las provincias de Vizcaya, Guipúzcoa, Alava y Navarra.

Roldán estableció un plazo de seis meses para organizar los nuevos grupos de seguridad que a partir del 92 funcionarán en Madrid, Sevilla, Valencia, Barcelona, Zaragoza, León y Logroño.

Su misión será colaborar en la protección de altas personalidades nacionales y extranjeras; prevenir, mantener y restablecer la seguridad ciudadana; garantizar el orden en las grandes concentraciones de masas; proteger y actuar e edificios e instalaciones en casos excepcionales y reforzar otras unidades, además de rendir honores y participar en actos y homenajes.

En los casos de catástrofes, siniestros o calamidades públicas, trabajarán conjuntamente con los servicios de Protección Civil. También colaborarán en todas las operaciones especiales que les sean encomendadas.

JOVENES Y CAPACITADOS

Para poder acceder al Grupo Especial de Seguridad, los candidatos tendrán que demostrar, mediante unas pruebas de capacitación, qe disponen de unas óptimas características psico-físicas.

Los agentes sólo estarán en el GES hasta que cumplan los 45 años y después serán destinados a otros servicios. Los efectivos que componen ahora los GAR tendrán prioridad para ingresar en estos grupos y los que decidan no hacerlo serán acoplados en la comandancia de La Rioja.

Desde su creación, los GAR han participado en numerosas operaciones diseñadas para desarticular "comandos" de la organización terrorista ETA, algunas de las cuales no stuvieron exentas de polémica.

Entre ellas, figuran las del "comando Navarra", que acabó en el "caso de la Foz de Lumbier"; el desmantelamiento del "Barcelona", donde dos cabecillas etarras resultaron muertos un día después de atentar contra la casa-cuartel de Vic, y del "Donosti", que terminó con la muerte de tres terroristas que se enfrentaron a tiros con los miembros de la Benemérita.