El Ministerio del Interior informó de que la desarticulación de esta banda se ha producido en el marco de la denominada "Operación Espeto", desarrollada en la comunidad de Madrid y en la provincia de Málaga.

Según Interior, los arrestados habrían perpetrado sus asaltos en las provincias de Málaga, Cádiz, Granada, Sevilla, Córdoba, Madrid, Cáceres, Ávila, Guadalajara, Segovia y Toledo. Además, se estima que esta organización podría haberse hecho con un botín de 300.000 euros en efectivo y 150.000 euros en diverso material sustraído.

La operación se ha saldado con la detención de un total de 18 personas, en su mayoría de nacionalidad albanokosovar, 11 de los cuales fueron arrestados en Málaga y 7 en Madrid. A estos implicados se les incautaron más de 56.000 euros en metálico, 4 vehículos, joyas y numerosas herramientas y material electrónico utilizados para la comisión de los robos.

Las investigaciones que han conducido a esta operación se iniciaron a raíz del análisis de la documentación intervenida por la Guardia Civil durante el último año en diversas operaciones contra este tipo de organizaciones delictivas asentadas en España.

TRES "CÉLULAS"

Fruto de este análisis, se comprobó que la organización ahora desmantelada repartía sus objetivos en tres células, una de las cuales operaba en Madrid y las otras dos en la provincia de Málaga.

El grupo desarticulado tenía una estructura jerarquizada, empleaba sofisticados sistemas de transmisiones, inhibidores de frecuencia para neutralizar las alarmas, ropa oscura para no ser vistos por la noche, guantes y herramientas para cometer los robos.

En varias ocasiones las herramientas para cometer los robos las había proporcionado un ferretero de la localidad de Fuengirola (Málaga) que ha sido también detenido.

Cuando cometían los robos, los integrantes de la banda, que utilizaban vehículos alquilados, se dirigían a los lugares que les había correspondido y, una vez en las proximidades del lugar elegido, el grupo establecía un cordón de seguridad que utilizaba sofisticados sistemas de transmisiones para alertar a los que cometían el robo de la posible presencia policial en la zona.

Mediante inhibidores de frecuencia y otros medios electrónicos desactivaban los sistemas de alarma de la vivienda, entidad bancaria, empresa, etc, y accedían a su interior forzando las puertas o realizando butrones en las paredes. Tras forzar las cajas de seguridad se apropiaban del dinero en efectivo u otros objetos de valor de fácil salida en el mercado.