Las investigaciones se iniciaron a finales del mes de agosto, cuando efectivos de la Guardia Civil localizaron a un persona que tenía en su poder numerosas tarjetas de teléfonos móviles sin que pudiera explicar su procedencia legítima.

Manifestó que estaba utilizando una tarjeta de débito en una serie de cajeros de una entidad bancaria, que le permitía recargar las tarjetas prepago de manera gratuita mediante la manipulación del teléfono móvil.

A partir de ahí, la Guardia Civil inició una investiación para determinar el origen fraudulento de estas operaciones y las personas implicadas, ya que operaban con tarjetas de débito en cuyas cuentas no disponían de saldo.

En la mayoría de las ocasiones cada operación de recarga se realizaba por un importe de 150 euros desde un mismo operador telefónico.

Una vez descubierta esta forma de operar, se estableció un dispositivo de vigilancia en los exteriores de unos determinados cajeros, con el objetivo de descubrir otros posibles defraudadores, dand como resultado la detención de otras 5 personas.

A raíz de estas detenciones, la Guardia Civil mediante un mandamiento judicial, obtuvo un listado de las operaciones realizadas en determinados cajeros por algunas tarjetas de débito que habían sido utilizadas para recargas fraudulentas.

Esta información fue completada con el nombre de los titulares de dichas tarjetas, que dio como resultado la detención de 27 personas, presuntamente implicados en una defraudación que asciende a 480.000 euros, de a recarga de las tarjetas prepago de telefonía móvil.

De las investigaciones realizadas se desprende que tres de los detenidos D.P.F., de 25 años de edad; G.C.A., de 30; y O.G.D., de 37, habían realizado entre 200 y 900 recargas.