La actuaciónse inició hace un año, a raíz de la localización en la provincia de Cádiz de un vehículo, marca Chrysler Voyager, en cuyo interior se encontró un total de 750 kilos de hachís. Con posterioridad se comprobó que el automóvil había sido sustraído en Madrid.

Las investigaciones posteriores dieron como resultado la localización de una persona relacionada con el vehículo decomisado en la provincia andaluza, al cual se le sometió a un seguimiento que permitió descubrir que pertenecía a una red "perfectamenteestructurada" que llevaba a cabo robos de vehículos de lujo por encargo.

El "modus operandi" de los componentes de la red desarticulada consistía en robar un determinado vehículo, que previamente les habían encargado, para después "doblarle" las matrículas y dejarlo estacionado en una calle de Madrid, donde el interesado lo recogía previo abono del importe pactado.

Los detenidos falsificaban los permisos de conducción y duplicaban las matrículas en establecimientos legalmente autorizados, para locual presentaban documentación falsa. Asimismo, y también por encargo, robaban los coches para después desguazarlos y surtir de piezas a sus clientes.

Los vehículos robados, todos ellos con un valor superior a cinco millones de pesetas cada uno, eran vendidos por una cantidad aproximada a las 500.000 pesetas.