Este industrial recibió el pasado viernes una carta de dos folios en la que, con el membrete de la banda y en tono amenazador, se le exigía el pago de 10 millones de pesetas.

Según fuentes de la Benemérita, la misiva reunía características similares a otras que ETA ha enviado a industriales vascos y madrileños y en ella, el hostelero era citado a primera hora de la tarde del sábado en su propio domicilio ara efectuar el pago.

Tras ser avisada, la Guardia Civil instaló un dispositivo especial de control en los alrededores de la vivienda que, sin embargo, no pudo culminar con la detención del sospechoso.

A la hora señalada, los miembros del Cuerpo vieron acercarse al domicilio del hostelero a un individuo joven y alto, vestido de negro, que ocultaba su rostro con un pasamontañas, pero tras una intensa persecución, no consiguieron capturarle.

El pasado año, otro comerciante de esa misma localidd vallisoletana sufrió una extorsión similar, aunque en aquella ocasión la Guardia Civil logró detener a los responsables de las amenazas, que ya fueron juzgados.