Este documento, al que ha tenido acceso Servimedia, fue esgrimido esta tarde por el portavoz adjunto del Grupo Socialsta, Luis Martínez Noval, en su pregunta al presidente del Gobierno, José María Aznar.

En la introducción de ese texto recopilatorio, los socialistas señalan que el listado de 160 asuntos "conforma un preocupante mapa territorial de corrupción e irregularudades que, si algo ponen de manifiesto, más allá de la casuística, es que nos encontramos ante un estilo de gobierno, una actitud y unos comportamientos que tiene elementos comunes con independencia del nivel territorial que se elija".

"En todoslos niveles analizados", agrega, "hay una evidente tendencia a confundir por parte de los responsables del PP lo público y lo privado, la transparencia con la opacidad, la objetividad con el clientelismo, el acceso a la función pública con el amiguismo, el ejercicio democrático del poder con el nepotismo".

LO PUBLICO Y LO PRIVADO

"Por ello", continúa, "no es casual que cada vez más sean numerosos los casos en que estos responsables 'confundan' sus responsabilidades públicas con sus negocios privados.

Agrega que "tampoco es casual que ahora el PP, con Aznar a la cabeza, se niegue a que se constituyan comisiones de investigación que puedan implicar a responsables políticos de su organización", lo que los socialistas califican como un "claro ejercicio de cinismo político" al recordar las promesas de Aznar sobre esta cuestión.

También señalan que "no es casual" que las administraciones públicas donde gobiernan los populares "se hayan convertido en empresas de colocación restringidas para familires y simpatizantes del PP" y que "utilice la Administración para beneficiar los negocios privados de sus clientes políticos".

Los socialistas aseguran que nada de lo que está pasando obedece a oscuras 'campañas de sus adversarios'". Por el contrario, señalan que este mapa de la corrupción y de las irregularidades "existe, es real y se puede comprobar". "En todo caso, es la mejor prueba de que el Código Etico con el que Aznar se presentó a las elecciones generales de 1996 no era otra cosa que un mero eclamo publicitario que como estaba previsto nació con vocación de no ser cumplido".