Según explica Eroski, con la experiencia inicial los 8 caminones en los que se ha probado el aditivo han dejado de emitir 1.546 kilos de CO2 en un plazo de dos meses. "Una proyección de este resultado en la nueva iniciativa representa el equivalente a la plantación de casi 1.500 árboles al año al evitar la emisión de 7.730 kilos de CO2", señala.

Durante cuatro meses, Eroski estudiará en la flota de 40 camiones el registro de los consumos de combustible y hará controles periódicos de emisiones como partículas inquemadas, monóxido de carbono y óxido nitroso.

Esta actuación en favor de un transporte verde se enmarca en el plan estratégico 2005-2008 del Grupo Eroski que trabaja en áreas identificadas con el cambio climático, la pérdida de recursos naturales, la generación y gestión de residuos y la pérdida de biodiversidad.