Los conservacionistas desplegaron desde unas lanchas dos pancartas en las que aparecían dibujadas dos flechas que indicaban el lugar donde termina el emisario submarino y otras en las que estaban escritos los lemas "No más vertidos al mar" y "ENCE: para ya de envenenar".

Según la organización ecologista, el emisario servirá par evacuar al mar miles de toneladas de residuos tóxicos, fundamentalmente organoclorados y mercurio, que pueden dañar el sistema inmunitario de los animales marinos, son mutagénicas o provocan cáncer.

Asimismo, mantiene que estos vertidos incrementarían la turbidez del agua, lo cual dificultaría la penetración de la luz y por tanto la fotosíntesis.

Para Mario Rodríguez, portavoz de Greenpeace, "sólo hay una razón que ha impulsado a ENCE, con el consentimiento de la Xunta y el INI, a instalar este misario, y es la de limpiar su imagen alejando de la fábrica el foco de contaminación. Practicar la política del avestruz, intentado ocultar los problemas de contaminación bajo el mar, es engañar a los ciudadanos sobre un problema medioambiental extremadamente grave".

Por otra parte, los ecologistas denunciaron que algunos estudios realizados por la Consejería de Pesca de Galicia han constatado la contaminación de mejillones y otros bivalvos de la ría con mercurio, sobrepasando incluso los niveles estblecidos por la CE.