Los ecologistas destacaron en una nota que esa iniciativa de IU recoge las propuestas de Greenpeace de instaurar mecanismos para que el CSN "funcione con transparencia e independencia de la industria nuclear".

"El escándalo provocado por el grave incidente del sistema de refrigeración de la central nuclear Vandellós-2, en el que a la actitud del titular de la central (propiedad de Endesa e Iberdrola) se sumó la gestión del CSN (que permitió que Vandellós-2 funcionara siete meses en condiciones de seguridad degradas), evidencia la necesidad de una profunda reforma legal de este organismo", subrayó Greenpeace.

A su juicio, la falta de credibilidad del CSN y su trato de favor hacia el sector nuclear son motivos más que suficientes para llevar a cabo una reforma legal del Consejo.

"El oscurantismo y la falta de independencia del CSN con respecto al sector nuclear son problemas cuya gravedad se ha incrementado a causa de la gestión realizada por María Teresa Estevan Bolea, desde que accedió a la Presidencia de este Organismo el 18 de julio de 2001", concluyeron los ecologistas.