Según Xavier Pastor, presidente de Greenpeace España, "una prohibición d este tipo reforzaría los acuerdos internacionales para salvar las poblaciones de ballenas. Sin embargo, si los gobiernos comunitarios aceptan el ingreso de Noruega sin establecer esta prohibición, estarían supeditando la superviviencia de las ballenas a los interes económicos".

Greenpeace ha recordado a la opinión pública que el país nórdico iniciará la caza "científica" de cetáceos después de Semana Santa.

La flota noruega tiene la intención de capturar 136 ballenas amparándose en la denominadacaza "científica" y en mayo está dispuesta a reiniciar la caza comercial con la captura de 800 ejemplares más.

La CE ha condenado en diversas ocasiones la decisión de Noruega de reanudar la caza comercial y Francia ha solicitado la creación de un santuario para ballenas en la Antártida.

Para Xavier Pastor, "aceptar una nación ballenera en la CE iría contra el sentimiento general de una mayoría de ciudadanos europeos, que se oponen claramente a la caza de ballenas".

"La CE", agregó, "debe conicionar el ingreso de Noruega a una inmediata paralización de la caza, ya sea comercial o se oculte bajo las formas de caza científica o gestión pesquera".