Esta entrega se produjo en el marco de una concentración convocada en el Paseo de la Castellana de Madrid, frente a la sede de Industria, para pedir la clausura de estas instalaciones "inseguras, obsoletas y amortizadas", y a la que asistieron alrededor de 40 representantes de ambas ONG.

Las dos organizaciones, que portaron pancartas con el lema "Garoña, ¡cierre ya!", se quejaron de que el titular de este departamento, Miguel Sebastián, "está siendo uno de los integrantes del Gobierno que más está apostando por la continuidad de la central".

Al término del acto, representantes de ambas organizaciones depositaron la llave tras el enrejado que cerca la sede del Ministerio de Industria.

Según explicaron Luis González, coordinador de Ecologistas en Acción, y Carlos Bravo, responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace, "la única razón para mantener abierto este centro de producción de residuos nucleares es su gran rentabilidad para las eléctricas dueñas", en referencia a Iberdrola y Endesa.

MÁS EMPLEO CERRADA

Además, Greenpeace y Ecologistas en Acción aseguran que el desmantelamiento de la central creará "el doble de puestos de trabajo directos de los que tiene en la actualidad", durante los próximos 10-15 años.

Los ecologistas exigen, no obstante, que el plan de cierre de Garoña se acompañe de un plan de reconversión industrial de la zona, "pagado con los fondos de Enresa".

"El presidente del Ejecutivo tiene que ser coherente con su compromiso de cerrar las centrales nucleares, porque no hay ningún obstáculo que lo impida", señaló Bravo, de Greenpeace.

Para Luis González, de Ecologistas en Acción, Garoña "no es necesaria en absoluto para mantener el suministro del sistema eléctrico español".