GREENPEACE ASEGURA QUE LAS CENTRALES NUCLEARESESPAÑOLAS NO SON SEGURAS
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Greenpeace hizo público hoy un documento en el que asegura que las centrales nucleares españolas tienen graves problemas que afectan a su seguridad, en contra del informe presentado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en el Congreso de los Diputados.
El informe del CSN indica que el nivel de seguridad de las centrales españolas es equivalente al de las plantas instaladas en los países más avanzados y que estas instalaciones cumplen todo los requisitos sobre dosis radiactivas que recibe el personal y el medio ambiente.
Entre los problemas que cita la organización ecologista figuran defectos de diseño, fallos estructurales y de funcionamiento, levantamiento de los terrenos en algunos emplazamientos y el deterioro de los generadores de vapor en todos los reactores de agua a presión.
Según el informe de Greenpeace, el año pasado 5 de las 9 centrales españolas (Ascó-I, Garoña, Zorita, Trillo y Almaraz) sufrieron accidentes que obligron al CSN a calificarlos como de nivel 1 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares.
"En febrero de 1992, Trillo volvió a ser sancionada, al detectarse un problema de diseño que fue calificado de nivel 2 dentro de esa escala de 7 puntos", agrega la organización internacional.
A juicio de los ecologistas, "los problemas de diseño son numerosos. En los reactores de agua en ebullición (BWR), como Garoña y Cofrentes, podríamos citar, por ejemplo, la corrosión intergranular que afecta, generandogrietas y roturas, a diversos circuitos de tuberías, con riesgo de provocar una fuga de líquido refrigerante que ocasione una catástrofe como la ocurrida en Harrisburg (EE.UU.) en 1979".
Otros defectos destacables, según Greenpeace, son que el circuito primario sale fuera de la contención del reactor; las barras de control, necesarias para parar la reacción nuclear, por motivos de diseño se introducen por debajo del núcleo del reactor y en caso de avería no puede depender de la acción de la gravedad. Además, los BWR, bajo circunstancias especiales tienden a aumentar su reactividad e incrementar su energía durante un accidente, su sistema de contención es muy deficiente y no está diseñado para soportar la presión total de ciertos accidentes.
ESCAPES RADIACTIVOS
El informe de Greenpeace agrega que la central de Santa María de Garoña, desde que en el primer semestre de 1971 fuera acoplada a la red, ha sufrido más de 115 disparos y paradas no programados, en la mayoría de los casos a causa de falos técnicos y humanos, lo que ha ocasionado escapes de radiactividad.
La organización ecologista mantiene que estos incidentes suponen un "alto nivel de inseguridad ciudadana y han producido la contaminación radiactiva de la zona, incluido el propio río Ebro".
Entre los "muchos" problemas que ha sufrido esta central en los últimos tiempos, según el informe, "destaca el acaecido en varias ocasiones durante el primer semestre de 1991 y que fue calificado por el CSN como de nivel 1", cuando "se proujo un aumento en el tiempo de cierre de las válvulas de aislamiento de vapor principal, del orden de varios segundos, lo cual produjo escapes de vapor de agua radiactivo al exterior".
Según Greenpeace, todos los BWR tienen problemas con los generadores de vapor, aunque los más afectados son Ascó-I, Almaraz-I y Zorita, con un porcentaje de tubos taponados del 7,1%, 5,8% y 5,5%, respectivamente.
Este tipo de problema, agrega el documento de los ecologistas, fue lo que provocó una fuerte fuga radiativa en la central cacereña de Almaraz-I en 1988, y "desde entonces la situación ha continuado agravándose".
Otra objeción planteada es que los terrenos donde están ubicados los reactores de Ascó-I y Ascó-II son inestables y por lo tanto inadecuados para ubicar una central nuclear, según un informe encargado por el CSN al Departamento de Ingeniería del Terreno de la Escuela de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Cataluña.
El informe de Greenpeace concluye que ninguna central essegura, "excepto en el papel", y que este tipo de energía comporta un riesgo desproporcionado que la convierte en la forma más peligrosa de producir electricidad.
(SERVIMEDIA)
17 Jun 1992
CAA